Análisis de “El dardo en la palabra” de Fernando Lázaro Carreter




Introducción:

El análisis que el presente trabajo suscita, pretende ahondar en los resortes básicos que se utilizan en la elaboración de los artículos. Este tipo de escritos pertenecen a los géneros periodísticos de opinión y como tales, la subjetividad y el estilo personal e inequívoco constituyen un factor de primer orden. Desde la particularidad del académico Lázaro Carreter y su dedicación al análisis del lenguaje en los medios de comunicación, pretendemos realizar un proceso deductivo en pos de unas pautas universales y válidas. 

Generalmente firmados por personalidades relevantes del panorama cultural, el artículo se nos presenta en forma de columna fija. La etimología resulta especialmente esclarecedora a la hora de tratar el concepto de artículo. Entendido como partes o secciones que se unen para formar un engranaje mayor, el texto se estructura, efectivamente, de forma que la idea acometida sea tratada desde los diversos puntos de vista. Los giros conceptuales y lingüísticos potencian este factor en concreto, perfilando las distintas particularidades de un tema preciso. 

El objetivo puntual de los artículos de Carreter, dificulta en cierto modo su clasificación, al no tratarse ni de un artículo específicamente literario, ni de un mero análisis de la sociedad. A caballo entre la filología erudita y la labor aleccionadora, el autor analiza frases aparecidas en los medios, los “dardos” como él los llama, en que el idioma a sido flagrantemente herido. La cualidad esencial en cualquier caso, es la brevedad, no solo por la densidad conceptual que asumen estos escritos, sino por la originalidad que un pensamiento intenso pero escueto puede llegar a transmitir. No se trata de un desarrollo lineal, no es un ensayo preciso y exhaustivo, está mas cerca de una concepción circular, de un esbozo subjetivo y enriquecedor. 

La tendencia del género, comenzando con Larra, a evolucionado principalmente hacia la brevedad y una menor carga literaria. “El dardo en la palabra” es una recopilación de artículos, por lo que junto al análisis de cada artículo precisaré el año de publicación. El éxito del libro se debe, en gran parte, al deseo por parte de un sector creciente de la población, de confirmar, pautas de uso correcto dentro del propio idioma. Ese es el objetivo prioritario de su cruzada personal, como académico y admirador del lenguaje. 

El análisis mencionado, se realizará en una doble vertiente claramente definida: por un lado, la estructura general de cada texto, entendiendo por tal, la parte formal u ordenación general. Por otro lado, destacaré los recursos más originales o curiosos. Respecto a la temática de cada escrito, mencionaré unas breves líneas introductorias para presentar el texto e intercaladamente  sus intenciones o inquietudes.


Análisis:

1.- El primer artículo que vemos, pertenece al conjunto de 1980, y se titula “Heridas del idioma” Introduce el texto a través de la narración de una jornada de su vida. La selección de papeles, le lleva horas de tedioso trabajo. Se trata de una modalidad en su obra que no es exclusiva de este escrito. Concibe la selección de modo un tanto azaroso, quizá para deshacerse de la cantidad ingente e inclasificable de material acumulado (Como él mismo explica) O quizá simplemente porque no le apeteciera realizar un texto usual. 

El caso es que entre la proliferación de “dardos”, podemos destacar algunos temas. Por norma general, la utilización de palabras incorrectas por semejanza fonética, mimetismo lingüístico o cualquier otra causa, es la que suscita el correctivo de Carreter. Acomodamiento, consultaciones, alarmistas, implícito...también la utilización indebida suscita gran parte de la crítica.

En la estructura del texto, no encontramos una conclusión claramente cimentada, pues ante la prodigalidad de temas, se hace arduo encontrar un nexo de unión, en cualquier caso sí menciona la esencial, la cura de las lesiones que el idioma sufre. Dentro ya de la sutileza que supone el manejo de recursos, destaca la utilización de adjetivos. Cualitativamente, su elección y sobre todo, su localización dentro de la frase, muestran un dominio espectacular. Siempre mantiene una tensión surrealista que culmina en una catarsis humorística. Clímax que suele apuntillar con uno de sus selectos adjetivos. 

Así, encontramos: alucinante perífrasis, refiriéndose a la expresión qué colectivo de. Pero sin duda el fuerte literario del académico es la ironía, que roza en multitud de ocasiones una crueldad merecida, y expresada en unos sarcasmos hilarantes. Podemos encontrar fragmentos como este: Porque el informados audaz y moderno, jovial y desenfadado, a quien no arrendran las dificultades, es capaz de escribir esto...

2.- El segundo artículo que vemos, se titula: “Ilegalizar”(1983) Trata sobre la utilización del término en los medios de comunicación. El tamaño o extensión constante de los artículos, nos lleva a explorar su estructura, donde, vemos un primer párrafo introductorio. A propósito del verbo Ilegalizar, Carreter explora el origen del erróneo termino, optando sin ninguna duda, por el prefijo des- (deslegalizar) para expresar lo que medios de comunicación han adquirido del socorrido inglés. 

También externamente podemos ver una conclusión bien definida. En el último párrafo, alude a la verdadera enfermedad del idioma y la cultura. No es el inglés, no es un agente externo, sino los propios ciudadanos que manejan sin respeto ni juicio un idioma que empieza a resquebrajarse peligrosamente. Temáticamente, como en casi todos sus artículos, el autor trata diversos “dardos” encontrados en los medios, generalmente prensa diaria. Dejando a un lado la ilegalización, podemos ver multitud en tan solo tres páginas de un gran diario;. Salida de paz, espiral de violencia, caso de medrar, se especula, la cumbre, fecha realista... pésima utilización, ocasionada por la no existencia de los términos utilizados, o su utilización incorrecta. 

La minuciosidad con que explora los diarios es pareja a la precisión a la hora de preparar cada texto. En la exigencia de rigor lingüístico se incluye en autor, y como tal, la riqueza medida de su vocabulario, otorga a cada palabra su lugar concreto, sin llegar desvirtuar la lengua tal y como critica en los medios. Su acusación, no resulta exclusiva de los soportes escritos, y los dardos radiofónicos o televisivos, proliferan conforme avanzan los escritos, siendo estos de especial virulencia crítica. De nuevo el fuerte del artículo recae en el uso de recursos estilísticos. 

El rigor académico en ocasiones frío, queda salpicado de sus condimentos humorísticos, que enriquecen sin medida el texto. Destacan las preguntas retóricas como ¿Para qué preocuparse en buscar maneras propias de expresión, si nos las dan buscadas? o ¿No cabe exigirles algo más que ir a adquirir vocablos en el supermarket norteamericano?. Esta última pregunta acentúa la interrogación, al utilizar un término de origen inglés, dando así, otra vuelta de tuerca al consabido tema. La cotidianidad de su quehacer le sirve de base sobre la que partir a la hora de realizar su artículo. 

Así, acercándonos al monólogo a modo de diario, a mitad del texto, podemos encontrarnos una segunda introducción que divide el texto en dos. Hoy primer domingo de vacaciones, he leído con más atención que otros días, un gran diario. He quedado atónito... La ironía cruel o sarcasmo, la encontramos en la aguda crítica a la expresión; pasar a cubrir la embajada de España. Pudiéndose entender por tal, la ocultación o fecundación de dicho edificio.

3.- El tercer artículo, titulado “Lenguaje depurado”, versa sobre la propuesta del Parlamento ha la Real Academia, de revisar términos que puedan resultar ofensivos para el género femenino. Por lo tanto, el escrito comienza con una introducción, y se basa en una noticia plenamente actual.  (1986) La reflexión que aparece en el siguiente párrafo, alude al pensamiento filosófico, y dentro de éste, a la posibilidad de modificar la realidad, la memoria y la historia a través de la manipulación del lenguaje. (al más puro estilo Wittgenstein) 

Como miembro de la Real Academia Española desde 1972, el tema le afecta enteramente. El absurdo de la propuesta es tal, que no duda en realizar uno de los artículos más satíricos de cuantos aparecen. Rechaza la limitación de atenerse a las pautas de lo meramente feminista, y pretende aplicarlo a todo campo; ya sea el otro género, grupos humanos, razas, o especialmente al campo de los animales. Ya pueda tratarse de mamíferos o reptiles, el pequeño escrito es todo un ejercicio de sinonimia. No es justo que se pongan cotas a una revisión de esta índole, dice Carreter y exige igualdad justiciera a todas las palabras. La ridiculez del asunto alcanza cotas surrealistas. 

La conclusión del último párrafo resulta demoledora. Por un lado, este tipo de propuestas supone una fantasía de tal magnitud, que solo puede sobrellevar una risa preocupada. Por otra parte, la clase política debiera reflexionar en torno a las necesidades de un idioma, de un pueblo y el papel de la Academia en todo esto. Prefiere en cualquier caso, callar una conclusión como la que se saca de todo este asunto. Los recursos más destacados que aparecen, son; la enumeración y la encadenación de  nombres que expresan ideas o sentidos diversos. La constante metáfora es evidentemente parte importante del absurdo que rodea a la propuesta. bestia, animal, bruto, asno, burro, pollino o mula. 

No hacen alusión a los animales, sino a su utilización como adjetivos despectivos, acaso ridiculizantes. Podemos hablar de asíndeton, que agiliza enormemente el texto, dándole una dinámica propia de los momentos álgidos de una retórica burlesca o exaltada. En ocasiones ocurre lo contrario, el uso del polisíndeton; la lombriz, el gusano, la sanguijuela, el parásito, la polilla, el moscardón, el piojo, la cigarra, el tábano...  otorga un pausado ritmo, consiguiendo que nos recreemos en la doble acepción de cada insecto o insulto. Su predilección por la temática del agravio, resulta doblemente hilarante, pues asocia la ridiculez del planteamiento parlamentario, a la multitud de ejemplos que plantea. Su enorme fuero de recursos y sinónimos le permite profundizar, sin ningún amago de duda, en la falta de cultura y sentido común de los hombres de partido.

4.- El cuarto artículo, llamado, “Opas al idioma”(1988) se adentra en la invasión de términos del sector empresarial (importados del inglés) en un lenguaje que tiene otros recursos para expresar, con más precisión, los mismos conceptos. Como introducción, encontramos una anécdota, una noticia; la compra masiva de acciones de una empresa. La terminología, la cantidad de agravios producidos al idioma en tan corto párrafo, nos hacen retornan al constante tema de su obra. La prodigalidad preposicional, es un claro ejemplo del primitivo uso del lenguaje que frecuentan. 

El Banco de X se ha dirigido al Banco de Y para el inicio de conversaciones de cara a la realización de un proyecto de integración de ambas entidades... En sus agudos comentarios queda de manifiesto, la preparación de Carreter para discernir en torno a la lengua. Así, podemos leer: ...salvo que obedezcan a la ley bíblica acuñada por Fray Luis de León:
- Que lo que en breve sube en alto asiento
suele desfallecer apresurado –

Los trabajos, las cátedras literarias y sus diversos puestos como profesor en varias universidades españolas, nos muestran a un estudioso de la lengua castellana. Su ingreso en la academia en 1972, no es más que la ratificación de un hecho establecido. Menciona en este sentido, la persecución a que el neoespañol somete a las preposiciones, confundiéndolas o usándolas en exceso. Las menciones a la nefasta utilización de elementos sutiles, parecen confirmar la aplicación de sus estudios críticos al común de los textos que se encuentra diariamente. 

La crítica, se extiende a las modificaciones lingüísticas que padece el individuo al tener que someterse a las dinámicas socio-laborales. Queda patente en la utilización de preguntas retóricas que aportan mayor peso a la reflexión racional. “¿Cómo iba a incorporarse sin tal locución al trajín europeo?” Propone en el caso de este artículo, soluciones muy concretas, que no pasan por la alusión a reformas importantes del pensamiento y la educación, sino pautas más cercanas, como la incorporación a las empresas e instituciones de asesores lingüísticos o idiomáticos. Ironiza en este sentido:  entre sus guardaespaldas tendría que ir un filólogo provisto de mordaza para protegerlos de si mismos

El texto se divide  cuando cambia la base de su discurso. Modifica la disertación al introducir un nuevo dardo. Es frecuente encontrar como arranca en cada artículo con la temática de mayor peso crítico, para proseguir, a través ejemplos ligeros, llegar a una conclusión cargada de todas las recomendaciones, críticas o lamentos. Expresiones como “hechos polvo” o palabras como “alocución”, de la que realiza todo un estudio de sus orígenes y evolución a través del tiempo, refuerzan su parlamento con ejemplos de otros países y las distintas progresiones que la raíz latina ha producido en las diferentes regiones. 

Por último arremete contra una expresión errónea en términos deportivos, la de “envergadura”, que se refiere estrictamente a la amplitud de brazos y torso, y no al tamaño como tal, de un jugador. La exclamación, aparece en repetidas ocasiones. ¡Ah, Italia, siempre próvida y alma madre¡ El cambio de tono, no solo con las exclamaciones, sino con preguntas retóricas, o pausas mediante cambios de párrafo, también gracias al polisíndeton, nos muestran un maestro del ritmo, de la cadencia correcta, de un texto puntuado mediante la coma precisa, exacta. El último párrafo, a modo de sentencia, aclara que no se trata de un excesivo celo por la salvaguarda del idioma. Pero no: nunca se llamó maniático al que, ni con los dedos, sabe sumar dos y dos.

5.- Este quinto artículo llamado “Instrucciones en español”(1989) analiza una serie de textos que nos son familiares, por su catastrófica redacción y su frecuente manejo. Las guías de montaje o manejo, los manuales de información técnica o práctica, aparecen de una forma u otra en nuestra vida diaria. Como tales, se los puede considerar medios de comunicación, de trato individual pero de difusión masiva, como pueden ser los diarios y revistas. Como de costumbre, el texto nace de una anécdota, de la colaboración de dos amigos a la hora de facilitar el material con que se trabaja. 

La crítica a la falta de interés de los empresarios extranjeros por todo lo ajeno al afán económico, produce una crítica sagaz de todo este grupo y de sus valores. El interés por lo material y la falta de tacto cultural, produce unos textos incomprensibles, que hieren gravemente el idioma y por tanto a nosotros mismos. La imposible traducción de partes enteras, la jerga técnica, culminan en una burla plenamente legitimada. A través del montaje de un banco, Carreter recorre todo el elenco de carencias idiomáticas, de erratas e intentos de traducción infructuosos. El absurdo se apodera del párrafo, el humor asciende en frecuencia e hilaridad. Propone seguir el ejemplo francés al respecto, el legislar, el regular al respecto y en defensa de la lengua y el buen uso del idioma francés. 

De hecho, Carreter solicitó públicamente una actuación similar, dado que la situación era pareja a la de nuestro país, pero la preocupación apremiante de otros factores hicieron que su voz cayese en el silencio. Carreter advierte una y otra vez sobre los agravios que sufre el idioma, las consecuencias no las aventura, pero asegura que se producirán, y serán nefastas. La conclusión está bien definida en los dos últimos párrafos, terminando en una llamada clara a que los parlamentarios actúen para solucionarlo, o que se atengan a las consecuencias. Como recursos, podemos ver el empleo de metáforas, ya sea nombrando a sus críticas o “dardos”, o completando el recurso al expresar: “ejercicios de caza” para referirse de nuevo a las búsquedas de material dañino.

La sátira se desata: ...está escrito en un caló apócrifo que, por California creen español Buena muestra esta misma frase de hipérbaton, recurso que suele utilizar al final de su crítica más ácida, y consigue una reflexión pareja al tamaño de lo que podemos denominar insulto legítimo. El contraste o antítesis se repite en multitud de ocasiones ya sea para resaltar el error, o ahondar en la jocosidad de los bochornosos gazapos. La pregunta retórica al final del texto; ¿Lo entienden así mejor?, añade, en un intento por exigir la participación de parlamentarios, mayor dramatismo a la situación, tapizando el discurso con un halo de superioridad argumental y de increpancia contundente.

6.- “Más instrucciones en español”(1989) es el título de este artículo. Continuación del anterior, comienza directamente con un recorrido parcial de las acepciones que a lo largo de la historia a poseído la palabra “retransmisión” o “transmisión” Alude a la carta enviada por un lector, que como anécdota, permite el arranque de toda una reflexión semántica. Ante la carencia de seguridad pues se trataba de un dardo respecto a una noticia radiada, realiza un seguimiento de la palabra, para llegar a la contaminación acústica a que estamos sometidos en las difusiones radiofónicas. “Inflación” e “Inflacción”, “Carillón” y “Carrillón”, retoma su clásica erudición a la hora de mostrarnos las raíces y usos que los términos han tenido. 

El texto podemos dividirlo grosso modo, en dos segmentos. Por un lado la alocución en torno a los diferentes orígenes de las palabras mencionadas, por otro, la continuación de su artículo anterior mediante cartas e instrucciones enviadas por los lectores. Tras el paso de unos días en la capital francesa, Carreter nos relata lo leído en los consejos en caso de incendio de su hotel. El insulto al idioma es claro.

El absurdo de la redacción llega a límites delirantes cuando afirma: Enigmática consigna, que renuncio a desentrañar haciendo alusión a la frase: En el calor y el humo, bájese.  El rechazo a seguir interpretando no queda ahí, y expone literalmente las instrucciones maltrechas de un frigorífico. Ya en el penúltimo párrafo, la conclusión se plasma extensamente. La actitud de desdén hacia el idioma deja de ser mera anécdota para pasar a regla general que marca la pauta de los escritos de esta índole. No obstante, en la conclusión, propone no una, sino dos formas de actuación para atajar el problema que se nos plantea. 

Ya sea en las Cortes o en el marco de la Comunidad Europea, la iniciativa legal debería imponer una normativa anhelada hace tiempo por las exigencias de una cultura. La obligación a transcripciones fidedignas y loables desde idiomas foráneos, junto a su aplicación en todos los ámbitos de la técnica o productos debieran a su vez exigirse claramente. Como al inicio, el texto se cierra con una anécdota que muestra la precariedad de la situación frente a la idealización de lo deseable, en una magistral comparación.

7.- El séptimo escrito que tratamos, se tituló “El tuteo”(1990). Atípica estructura, que lejos de parecer un dardo común, sigue un camino sinuoso par la vía de la reflexión basada en anécdotas personales. La vida diaria es suficiente motivo para ofrecer multitud de dardos, en especial si atendemos al tema sobre el que versa la presente redacción. Comenzar con dos preguntas retóricas, es suficiente para prever la densidad conceptual a que va a someternos. Las preguntas son lo que llama nuestra atención y ahonda en la capacidad de análisis, alertada sin duda por tan singular inicio. 

El código de conducta como pautas mínimas de civilización, es la panacea de un discurso apoyado en el suceso privado, en la concatenación de sucesos del hombre común, a medio camino entre el humor y la crítica. Esta doble vía, resulta ser una constante en su obra. El desazón que producen sus textos, podemos achacarla en gran parte a inseparable comunión entre la crítica y el humor, sazonado sin duda por la retórica de un maestro versado en las artes del lenguaje y sus resortes. Su pensamiento, recorre la filosofía de la actual situación social, la supervivencia de los fuertes en una suerte de darwinismo civilizado. 

La voluntad de autocontrol y el respeto, debieran ser valores asumidos por una población creciente, y no fundamentos decadentes del nuevo mundo. El tuteo como estandarte de esta situación, ocupa el párrafo de mayor en extensión y densidad. Los trances verbales ante la falta de tacto médico son solo igualables a la incapacidad de unos individuos que debieran estar preparados, para darse cuenta de su condición, de su ofensa o desacato. Genial metáfora, arremetida contra los entrevistadores de los audiovisuales, al afirmar que ...expelen tús, como flatos de campechanía... 

La historia del tuteo, no se remonta más allá de los fascistas y comunistas en un afán de equiparación social. Resarciéndose así de elementos de superioridad o pautas de autoridad establecidas. Con el tuteo el igualitarismo ha empapado todo resquicio social o político. En contadas ocasiones se pueden leer revelaciones tan claras como la que el maestro suscita: El profesor, por ejemplo, que acepta o fomenta el tuteo d sus alumnos puede sentir protegida su incompetencia por la camaradería que reina en el aula. Concluye sentencioso, ya sin anécdota que valga, para expresar la repulsa hacia la trivialización humana que reina en la moderna sociedad. La forma de expresar ciertas situaciones no deja nunca de ser original. La seriedad de lo narrado, el estricto acatamiento de la correcta norma gramatical, aporta una nueva visión de la realidad, siempre personal e inimitable. 

Las referencias son renovadas verbalmente, en un intento por reavivar la dignidad perdida del lenguaje y de las cosas, que no solo eleve el nivel cultural, sino también el humano. Chica de fino aspecto o gorrón de famas se nos presentan como expresiones acertadas de elementos comunes, nombrados de forma novedosa, pero más válida que las expresiones pedestres que por doquier se escuchan.

8.- El nombre de este artículo, es: “La madre de todas las batallas”(1991). Introducción con una anécdota noticiosa, el desarrollo reflexivo, histórico, variado y burlesco, precede a una conclusión también basada en la puntualidad de los hechos que le rodean. La expresión que da título al artículo procede de un discurso de Sadam Huisein, en que arengaba a sus tropas en pos de una guerra sin igual. El desarrollo histórico de la expresión, su origen arábigo, acentúa el significado que el dictador le otorga. 

Pero no deja de ser una excusa para comenzar con otras desviaciones del idioma como “el día después”, traslación a lo que denomina neoespañol, de la pesadilla anglófona. La necesidad del complemento es absoluta. Otra expresión en el desarrollo de su artículo, es: “poscrisis”, pero donde alcanza su punto culminante, es en el texto redactado por un juzgado madrileño. Se limita a reproducir la sentencia. La burla que le sucede es descomunal. ...niños sin escolarizar o a perturbados, para que les pasen a máquina sus sentencias. Respecto a los responsables, se exige una reflexión, pues en cualquier caso, los folios, vienen firmados por un juez. En el penúltimo párrafo, se plantea una cuestión en extremo curiosa.

Mediante pregunta retórica, increpa: ¿obligan una sentencia, o, incluso, una ley, cuando no se expresan decorosamente?  ¿Acaso, son menos válidas las leyes de escritura?, cabria preguntarse. Como conclusión, vemos el temor al destino, bajo la firma de tales magistrados, jueces o letrados. Como recursos más destacados, el frecuente uso de las habituales preguntas retóricas: ¿Aseguró eso el señor Oreja, o le han vertido su declaración, hecha en ático, al beocio?, exclamaciones: ¡Con que fruición se ha escrito y se ha pronunciado tan redicho vocablo!, transcripciones literales: Asi por esta mis sentencia, que pronuncio mando y firmao, haciendo saber a las partes de la misam..., gracias a los cuales la dinámica general del escrito es mucho más fluida, amena y llevadera. La paronomasia involuntaria o error en el caso de los dardos, acentúa cuando Carreter lo utiliza, las diferencias entre palabras con sonidos similares. 

Este tipo de deficiencias son muy frecuentes: “poscrisis”, pero no las únicas. La hipérbole, generalmente cercanas a las conclusiones, suelen participar de la cumbre irónica o burlesca, como: Hemos de ver como acaban llamando posdomingo al lunes. Este tipo de exageraciones son frecuentes, generalmente unidos a un sarcasmo desfogado como el caso ya citado de niños perturbados haciendo de copistas para magistrados. La interrogación y la exclamación, interrumpen parcialmente el discurso, pero consiguen por un lado que las tesis del escritor se vean ratificadas por el lector, y por otra, expresiones de sentimientos que no pueden ya manifestarse de forma más acotada.

9.- Con “Cauces del neologismo”(1991), Carreter escribe un artículo diferente en estructura básica a los que frecuenta. La ausencia de ejemplos anecdóticos, es la primera característica que, a primera vista, destaca. Los ejemplos vienen de los conflictos, de la lucha entre lo ajeno y lo propio, de lo foráneo y la lengua nativa como parte de la cultura y la identidad. A través de una introducción, nos explica los cauces lingüísticos más frecuentes de los neologismos, ya sea explicando realidades nuevas, o el acomodo fónico. La inclusión oficial en el diccionario, se ha realizado con pautas regulares y en ocasiones algo aleatorias. Casi todo el texto, presenta una fuerte carga teórica, reduciendo la critica o la ironía a mínimos. Se trata sin duda de un artículo con una carga explicativa, con un carácter divulgativo más destacado si cabe de lo frecuente. 

No obstante, la cantidad de ejemplos reales es monumental. Clip, champú, tiqué, auto-stop, short, bacon, baffle, yate, vagón, best-seller, póster… El grave percance, consiste en la modificación que sufre el idioma, ante las variaciones de carácter fónico que se están introduciendo. El texto, se divide a partir de ahí, en dos secciones. Por un lado, los aciertos tanto académicos como naturales a través de ejemplos comunes. 

Por otro, los fallos, cuando no existe diferencia entre el significado de ambas expresiones, como puede ser: “caravana” y “roulotte” Entre las causas, la más peculiar, es la de querer apropiarse de ciertos elementos, asumiendo su denominación (“campus”) Carente de párrafo conclusivo, supone otra diferencia con el resto de los artículos. El escrito queda seccionado, como si pudiese seguir exponiendo ejemplos (“créditos, masters, curriculares”) o conclusiones a lo largo de una extensión indefinida.

10.- El último artículo que vemos se titula “No te escucho bien”(1996). He seleccionado este artículo en último lugar, por aludir, en gran medida, al que se supone un mundo para nosotros cercano; el audiovisual. La introducción se construye sobre la frase que le da título, como falsa norma que se ha instaurado en ciertos contextos. Centrado más concretamente en el medio radiofónico, Carreter expone diversos casos en los que ha escuchado la conocida frase; Apague el transistor que se está acoplando y no se le escucha bien. 

El quid de la cuestión, radica en la diferencia entre ver y escuchar. Como tal, la sinonimia en este caso no existe. Pues escuchar es oír con atención, y no escuchar por tanto, es no prestarle la atención necesaria al discurso. Expone, no obstante, otros ejemplos obtenidos de la escucha diaria. Expresiones como “sano y salvo” cuando debieron sufrir graves daños, o la perogrullada de “presidente in pectore” únicamente aplicable a proclamación de cardenales por el Papa. 

Las frases comunes de baja categoría, pobre expresión y menor pensamiento, se suceden bajo su ácida pluma; “Esa es la pregunta del millón”, “pela” o “me gusta un montón”Otra sandez a la que alude es la que llaman”prueba del nueve”, en realidad sistema para certificar la exactitud de una división, se usa, ya sin medida ni razón de su origen. El cacareo repetitivo y sin cogitación propia se extiende por doquier, intentando imitar lo superficial de un lenguaje recóndito y más profundo que el propio. Intentando encontrar un elegante modo de expresarse “comme il faut” En absoluto, afirma en la conclusión, es nefasto hablar de algunas de esas expresiones, pero sí es necesario mostrar la mínima noción que les otorga su auténtico significado. 

El sarcasmo casi cruel, llega en multitud de ocasiones y bajo diversas formas. Así, vemos las características de un ganso, en cuanto a que echan por la boca lo que oyen o escuchan, sin cogitación propia, los pobres. También vemos al escribano capaz de vérselas con saludables cadáveres y vigorosos agonizantes o el definitivo locutor que goza de cierto “amodorramiento etílico”. Genial se muestra su versatilidad a la hora de situar dos o tres adjetivos que aportan el contrapunto a una seriedad impecable.

Conclusión:

Como síntesis de un análisis estilístico, podemos intentar entreverar las características generales para tener una visión global de su técnica. Como estructura general de sus artículos, hemos visto la consabida utilización de recortes, cuñas radiofónicas y demás medios en que llegan hasta Carreter los “dardos” en estado larvario. Su dedicación al análisis de los medios de comunicación es encomiable. Tras una introducción, ya sea mediante la anécdota o la noticia, los temas se suceden y multiplican, pero principalmente, alude a los motivos noticiosos, como pueden ser los deportes, la política, sucesos, culturales, etc. 

No obstante su variedad se extiende a través de instrucciones, comentarios, resoluciones judiciales, cartas de amigos o lectores, en un sin fin de correcciones de todo tipo y tema. La defensa del idioma frente a las intrusiones, necesarias o sobrantes, es otro de los objetivos prioritarios de un escritor comprometido con una causa concreta, la pervivencia de una cultura a través de su genuino lenguaje.

Su estilo, se caracteriza sin duda por una medida sobriedad que deja paso al humor, como única vía de escape, en el absurdo de ciertas circunstancias. Los recursos que hemos ido citando a lo largo de sus artículos, nos dejan intuir ciertos rasgos de su persona, facciones que marcan unas formas reconocibles y bien definidas por el tiempo.

La estructura prioritaria, común a la gran mayoría de los artículos, aparece en un esquema clásico con presentación, nudo y desenlace, o si se quiere; introducción, desarrollo y conclusión. Esto no impide la variación dentro de su retórica, pudiendo darse perfectamente una prioridad a la vertiente teórica y en cierto grado erudita, o a la práctica, junto a multitud de ejemplos y juegos literarios. La doble vía del humor y la crítica, los intentos de redimir las heridas lingüísticas, la utilización de una adjetivación precisa, el sarcasmo, las exclamaciones e interrogaciones, en un contexto de impecable factura semántica y gramática, que lo hacen un maestro de la lengua preocupado por el devenir de la identidad de todo un pueblo.

Bibliografía:

LÁZARO CARRETER, Fernando: El dardo en la palabra, Galaxia Gútemberg, 1999, Barcelona.


2 comentarios:

Cristina Veiga dijo...

Este análisis me parece muy bien. Tengo que hacer un comentário de texto sobre el artículo "Idioma y ciudadania" y no sé por donde empezar.

Cristina Veiga dijo...
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